Entrevista a Toni Cuquerella
Toni Cuquerella (Gandía, 14 de abril de 1973) es uno de los ingenieros más reputados del automovilismo español. Su pasión por la automoción y por las carreras le llevó a estudiar Ingeniería con el único objetivo de acabar en el mundo de la competición, algo que logró con creces.
A lo largo de su carrera profesional, formó parte de cuatro escuderías de F1, entre ellas BMW, con quien logró una inolvidable victoria en 2008 como ingeniero de pista de Robert Kubica. Pero no sólo eso, porque Cuquerella también pasó por el DTM y por la Fórmula E, y desde hace unos años es parte imprescindible del equipo de comentaristas de la F1 en DAZN.
Pero su devoción por el mundo del motor no sólo está ligada a las cuatro ruedas, ya que también es un apasionado de las motos y de las tandas en circuito con su inseparable BMW S 1000 RR. Hemos tenido la oportunidad de conocer con él esta faceta más desconocida sobre dos ruedas.
Entrevista
A mí me gustaba desde muy pequeño el tema de la automoción y de las motos, los coches, los aviones… Lo que fuera. Como todos los niños, no sabía qué quería ser, si ingeniero, piloto o lo que pudiera, pero quería dedicarme a algo de esto. Como vi que ser piloto era inviable, porque no tenía los recursos para poder serlo y quizá tampoco el talento, la opción era ser ingeniero.
Estudié Ingeniería, pero no pensando en trabajar de cualquier cosa, sino que mi intención era trabajar en competición y sólo la estudié para eso. Ahora parece algo obvio, que hace mucha gente, pero hace más de 30 años no era lo normal. Eras el ‘bicho raro’ cuando a la gente le decías que querías estudiar sólo para trabajar en eso. Era un poco como pasión y obsesión desde que eres muy pequeño y el camino es ese, el de la Ingeniería, aunque a veces no sabes si estás estudiando lo correcto o no. Tampoco había internet en aquella época, hablamos de momentos en los que tenías que mirar un poco lo que había y decías: ‘Creo que es esto, pero tampoco estoy seguro…’.
Al principio fue haciendo muchos sacrificios. Yo quería eso a cualquier coste, y si el coste era personal y suponía vivir en otro país, pues te cambias de país. Te da igual lo que cobres, te dan igual las condiciones, si vas a tener que vivir en un hotel… Te da igual, todo esto no te importa, sólo quieres estar en el trabajo adecuado. Cuando te salen ofertas de F1, las coges. Obviamente, no empiezas desde arriba.
Cuando luego llegó el momento con BMW, fue mi segundo equipo en F1 de los cuatro en los que he estado. Es ya un sitio para ir a por el campeonato, aunque no nos lo creíamos todavía, pero sí era para ir a por el campeonato. Yo estaba creciendo en un equipo que también estaba creciendo. Con BMW en 2008 estábamos muy fuertes y así nos fue: ganamos una carrera, pero pudimos ser terceros del campeonato y fue un año muy bueno, con un equipo medio alemán, medio suizo. Una experiencia buenísima.
A mí me gustaban las motos, pero al principio tenía el tiempo y no tenía el dinero para comprarme una moto, y luego cuando tenía el dinero no tenía el tiempo, porque vivía en hoteles o en otro país, y era un lío. En un momento dado, cuando volví a vivir a España, decidí empezar con las motos, pero nunca pensé en meterme en tandas ni nada, sino como hobby. Pero al final lo llevas ahí dentro. Me compré al principio una naked para pasear y al cabo de un año ya estaba con una S 1000 RR en un circuito y diciendo: ‘A mí lo que me gusta es esto’.
Compré el primer modelo que salió, el de 2010, y empecé a meterme en circuito. Ahí empezamos a ir un grupo de amigos de F1 a rodar en circuito y a hacer tandas. Nos solemos ver cada año, si podemos, ingenieros de F1 de diferentes puestos y todos solemos ir a rodar 3-4 días a un circuito en el sur de España cuando termina la temporada de F1. Hay mucha gente en F1 que tenemos este hobby de ‘tanderos’. Eso sí, con motos llevadas al extremo ‘friki’, porque todos vamos con adquisición de datos, vamos comparándonos las vueltas y a veces comparamos los datos con los de un F1, lo cual no tiene ningún sentido. Pero nos lo pasamos bien.
Yo me compré la S 1000 RR de 2010 y luego me compré la de 2016. Fue un salto muy grande de electrónica. También me lo recomendó Marc Bongers, que era mi ingeniero de motores en BMW en F1 cuando yo trabajé con [Robert] Kubica, y ahora es el Director de BMW Motorrad Motorsport.
Él me recomendó cambiar la 2010 por la 2016, porque había un salto muy grande y lo noté. La moto era mucho más fácil de llevar, mucho más cómoda. Para un piloto es un poco mejor, pero para la gente que no lo somos, es mucho mejor, porque lo hace más fácil para el usuario. Todas esas cosas que no le importan a un piloto, como por ejemplo que se mueva la moto, a nosotros sí que nos molestan. Y ahora tengo encargada la S 1000 RR de 2023, que llegará dentro de poco. Va a ser mi tercera S 1000 RR.
Tengo un poco de todo, de diferentes marcas. Tengo clásicas, y también para viajar con amigos de la F1 y de la zona. También hago viajes largos, que es otro tipo de experiencia y otro tipo de moto. Nada de “RR”, en este caso son más motos muy grandes y con maletas. Y las clásicas que tengo son para pasear, para salir a tomar un café, volver y no hacer muchos kilómetros.
Probé la HP4 Race. Me llamaron desde Alemania y la probé cuando salió, hace tres o cuatro años. Todo este tipo de motos me encanta probarlas. La nueva M 1000 RR, que parece que es un buen ‘aparato’, debe ser un placer probarla. Cuando te subes a ellas lo haces con miedo porque no son las tuyas, pero siempre está muy bien probar este tipo de motos.
La aerodinámica procedente de las cuatro ruedas es evidente, pero más a nivel MotoGP, en competición. La aplicación en competición es enorme, pero en producción es bastante más pequeña. Lo que sí se puede hacer es aportar ayudas a la conducción, que creo que ya ha llegado a la moto y lo seguirá haciendo.
Antes cogías un BMW M3 de los años 90 con poco más de 200 CV y poca gente lo podía llevar. Un M3 o M4 de ahora con 400 o 500 CV lo puede llevar cualquiera. Son fáciles y todo está controlado electrónicamente. Lo mismo ha pasado con las motos, y creo que por ahí vamos a seguir. Una moto de casi 200 CV era imposible de llevar, o incluso de 150 CV hace 20 años eran muy complicadas, y hoy las puede llevar casi cualquiera. Yo creo que todavía irá a más todo el tema de ayudas, radares, posicionamiento o GPS y en cuanto a muchísimas cosas que creo que aún van a mejorar mucho más.