Charlamos con la DJ Marta Van Dam antes de pinchar en nuestro Festival

En mi casa el mundo del motor siempre estuvo muy presente. Mi padre es muy aficionado a los coches y a las motos. De hecho, tuvo motos desde los 9 años. No recuerdo el modelo que tenía, pero era muy pequeñita y de color amarillo, preciosa. Desde siempre hemos vivido mucho ese ambiente en la familia, pero el problema, como en muchos casos, es que mi madre siempre tuvo mucho miedo a las caídas. Al final, mi padre siempre vendía las motos que tenía porque a mi madre no le hacía mucha gracia. En mi caso, que soy la mayor de tres hermanos, nunca nos dejaron tener moto. Y siempre ha sido algo que me ha llamado la atención, pero hasta que ya no fui mayor y no pude comprarme una no pude ir en moto. La afición es casi desde siempre, pero luego mi mejor amiga, Bea Eguiraun, me contagió más el gusanillo. Hace unos años, ella y unos amigos me enseñaron a hacer enduro, y la verdad es que también quería rodar en carretera. Digamos que la pasión por las motos fue gradualmente creciendo desde la infancia, pero siempre estuvo ahí.

Te diría que llegó antes la música, en general. Desde pequeña, tocaba la guitarra y componía. Al final, es algo que nos acompaña desde que tenemos uso de razón. Recuerdo los disc-man, los antiguos MP3... Me llegó antes la música, que fue derivando a la electrónica con el tiempo, pero va de la mano con las motos también. Siempre te van acompañando. Es verdad que es más fácil estar rodeado de música que de motos, pero ambas forman parte de mi vida.

Pues mi primera moto fue una Mutt y la tuve para empezar, ya que es muy ligera y es ideal para ciudad, pero se me quedó un poco pequeña y estoy pensando en otras alternativas. De cara al futuro, estoy pensando en una moto un poco más grande, con mayor presencia. De hecho, ahora me estoy sacando el carnet A2.

En cuanto al catálogo de BMW, no puedo llevarla, pero Bea Eguiraun me enseñó la R 1300 GS que le dejaron y me parece una pasada. Es una moto imponente y espectacular. Es verdad que todavía me queda para poder subirme a semejante ‘bestia’, pero me encantaría. Me gustan mucho las motos trail, más que las deportivas. Sobre todo por el concepto de hacer viajes y alguna que otra aventura.

Pues me parece una combinación maravillosa, que no sé cómo no se hacen más conciertos o festivales con este concepto. La música y las motos son dos cosas que van muy de la mano. El disfrute que te dan ambas son increíbles. Los BMW Motorrad Days España 2024 no será la primera vez que pinche en un ambiente así, y cuando me contactaron no dudé en participar. Será un ‘eventazo’ y todo lo que combina música con motor es un 10. No puede salir nada mal.

Sobre lo de acudir a festivales como estos, suelen ser en fines de semana y no hay excusa para ir, aunque sea un día. Lo de BMW será un gran espectáculo, con muchos eventos y motos por probar. Si a eso le unes una buena organización para que el festival salga bien, pues perfecto. Puede ser un gran día, disfrutando del motor durante la mañana y culminando con música por la noche. Música de varios gustos y para todas las personas que vengan: blues, rock, electrónica… Si dices en alto de qué va el evento, me parece una experiencia que cualquiera disfrutaría muchísimo.

Para mí, la pasión. Es la primera palabra que me viene. Pasión y ese fuego interno que te sale cuando te subes a la moto que te gusta o escuchas tu canción favorita. Algo muy instintivo.