ENTREVISTA A PERICO DELGADO
Si hay alguien que sabe lo que es moverse sobre dos ruedas y de forma sostenible durante gran parte de su vida, ese es Perico Delgado (Segovia, 15/4/1960), una de las grandes leyendas del ciclismo español. El segoviano, campeón de La Vuelta a España en 1985 y 1989, y del Tour de Francia en 1988, es una de las mayores figuras que ha dado ese deporte en nuestro país, y prueba de ello es el reconocimiento y el cariño que sigue recibiendo de los aficionados pese a que han pasado casi tres décadas desde que dejó la competición.
Lo que no ha dejado de lado es la movilidad sostenible, algo de lo que ha quedado constancia este año utilizando un BMW CE 04, nuestro scooter 100% eléctrico. Pudo disfrutar de él para su uso personal, pero también se convirtió en una parte imprescindible de su marcha ciclodeportiva, La Perico, en la que el BMW CE 04 formó parte del pelotón para la grabación de imágenes de la carrera y asistencia a los participantes.
El BMW CE 04 es un scooter libre de emisiones, pensado como una herramienta idónea para la movilidad urbana, y que incluso se puede conducir con el carnet de coche. Pero no sólo eso, ya que la polivalencia de este scooter le permite desenvolverse sin problemas en otros escenarios fuera de la ciudad, de los que nos habla el propio Perico, que quedó gratamente sorprendido con este scooter y su diseño futurista.
Bien. La primera vez que lo cojes, tienes la sensación de que te trasladas al futuro, a finales del siglo XXI. Pegas un salto futurista con sólo verlo y luego, al subirte. Todo el tema eléctrico es un salto al futuro, algo que engancha.
Sí, había tenido otro modelo eléctrico de BMW, que es un poco más urbano, más scooter, que es el tipo de moto que siempre he tenido. La experiencia era buena, y esta también lo es, pero con una línea más futurista. A mí me daba un cierto reparo, porque llamaba mucho la atención, pero es como siempre cuando uno estrena coche, que cree que todo el mundo le está mirando y luego cada uno está en su mundo.
Soy motero, pero más urbano que de carretera.a.
Claro. Yo no hago tantos kilómetros. Cumple con mis expectativas totalmente.
Además, ya no sólo por la contaminación de motor, también por el tema de la contaminación acústica, que se hace mucho hincapié a nivel urbano. En ese sentido, la moto cumple perfectamente unos parámetros de ciclista, pero sin dar a los pedales, sin sudar.
Para nosotros es una gran ventaja, incluso para los ciclistas, por el tema del ruido. Es mucho más agradable oír una moto eléctrica, que apenas se escucha hasta que está pegada a ti, a un motor de combustión que se oye desde lejos, molesta el ruido… Porque cuando estás haciendo esfuerzos, sobre todo en los últimos puertos, que ya estás con toda la fatiga en el cuerpo, todo lo que sea que te moleste, incrementa esa fatiga bastante. Para los participantes es un pequeño bálsamo que vayamos con motos eléctricas.
La conducción de una moto eléctrica, una vez empiezas a coger el truco, sobre todo subiendo, bajando y en las aceleraciones, tienes una sensación más placentera. Bajando los puertos, con una eléctrica quitas gas y ves que el propio motor retiene. La sensación de conducción es muy agradable una vez le has cogido el truco.
La moto está más pensada para moverse en núcleos urbanos y es muy agradable. Por eso decía: por el juego que tiene la moto a la hora de acelerar, desacelerar, y aprovechar los últimos metros antes de parar del todo en un semáforo. Siempre me ha gustado, desde la primera vez que lo probé. Me gusta eso de no tener que frenar en esos últimos metros, y que incluso sirve para recargar un poco. La aceleración, la salida… Para lo que yo la uso y lo que me muevo a nivel urbano y alrededores, es ideal.
El balance para mí es bueno. Desde que dejé de correr, que no sabía que iba a ser de mi vida, me llegó la oferta para comentar con TVE y dije: ‘Bueno, por probar un año, no pasa nada’… Y ya son muchos años comentando. Yo creo que, por inercia, seguiremos. Para mí, como digo, fue dejar de correr y mi vida, alternando siempre actividades y vida familiar o vida casera, que me gusta mucho estar en casa, lo llevo muy bien. Me siento afortunado, porque hago lo que quiero y también tengo tiempo libre.
Y también este año saqué mi cuarto libro, ‘La soledad de Perico’, con Ainara Hernando. Tenía la idea de hacer algo, dar un giro y hacer una reflexión sobre lo que fue mi carrera deportiva desde un punto de vista más íntimo, y se puede decir que gracias al libro está siendo un gran año, porque estamos ya por la sexta edición.
Pensaba que con una o dos valdría, pero ha tenido muy buena acogida y a la gente le ha gustado. A mí me gustó mucho cuando dimos carpetazo al libro, pero ha cubierto por encima los pronósticos, de Ainara y míos, pero también de la editorial. Se puede decir que mis años son buenos todos, pero este un poquito mejor gracias a la buena acogida que ha tenido el libro.
Claro. También es verdad que al seguir las carreras in situ y estar muy metido en los medios, recibo el cariño de la gente. A veces me sorprende, porque cuando tú eres ciclista, lo que buscas es ganar, no hacer amigos. Pero el reconocimiento que he tenido de la gente muchos años después sigue siendo muy bueno, de cómo me quiere.
Bueno, soy más motero urbano. Tengo amigos que hacen rutas, que por ejemplo se van a Jerez con la moto. A mí me gustan las motos, pero sobre todo para moverme por la ciudad o para seguir las carreras.
Tengo todos los carnets del mundo mundial, sólo me falta el de autobús.
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