De un duro golpe.
Las modelos y el deporte extremo no se excluyen entre sí. Patricia Gebauer es la prueba viviente. Nació en Múnich, le apasiona el motociclismo y se mantiene en forma practicando Muay Thai, el arte marcial tailandés. El riesgo de romperse huesos y recibir moratones en el arte marcial más duro del mundo no disminuye su pasión en absoluto.
Entrenamiento diario
Belleza en el cuadrilátero.
¿Gimnasio? Imposible.
¿Gimnasio? Imposible.
Al principio, Gebauer quería ir al gimnasio para mantener su cuerpo en forma. Pero le parecía muy aburrido e impersonal. Asistió a varios clubes de boxeo de Múnich y se encontró con Günter Scheller, el legendario profesional del Muay Thai. Le enseñó este arte marcial y Gebauer se dio cuenta de que era el deporte adecuado para ella. Diez meses después, participó en su primera prueba. «Estaba muy nerviosa antes de mi primer combate porque sabía que me enfrentaba a una oponente dura después de un breve periodo de entrenamientos. Pero quería superar ese reto», recuerda.
De principiante a feroz oponente.
De principiante a feroz oponente.
Gebauer perdió su primer combate. Pero se dio cuenta de que tenía que enfrentarse de nuevo a ese reto. «Empecé entrenando dos veces a la semana. Pronto se convirtieron en dos veces al día», cuenta. En poquísimo tiempo se había convertido en profesional, y en una feroz oponente. Porque detrás de esa cara bonita se esconde una irrefrenable voluntad de hierro. Una voluntad tan grande que incluso lleva a Gebauer a aceptar el riesgo de lesión inevitablemente asociado a este tipo de deportes. «Trabajo duro para asegurarme de que no me lesiono. Porque es con lo que pago las facturas", dice refiriéndose a su carrera como modelo.
Noquear con el codo.
Patricia Gebauer